Unos Libros para Vacaciones
Hace algunos años, un gran amigo se me acercó durante los meses del verano para pedirme que le recomendara un par de libros para llevarse a sus vacaciones.
Estuvimos conversando un rato al respecto, buscando qué podría ser de su interés y revisando alternativas, cuando de repente se me vino a la cabeza la idea de que este amigo en particular nunca había sido realmente un gran lector.
Ante ese pensamiento quise indagar en esa parte de su vida que, pese a conocernos hace tiempo, desconocía. Y efectivamente, tal como me lo temía (y lo digo así, un tanto dramático ya que soy un convencido de que no tener libros en la vida es algo malo), mi amigo no leía prácticamente nada (por gusto, en su trabajo y por obligación claro que tenía que leer, como todos).
Tal vez lo he dicho antes, pero de todas formas lo repito: cada vez que alguien me dice "no me gusta leer" algo en mi interior se enciende, así como un motor a combustión, que me impulsa a cambiar eso, a encontrar la forma de hacerle ver a esa persona que tal vez no es que "no le gusta" sino que lo más probable es que no haya encontrado el tipo de libros, o el tiempo, o el momento y el lugar para darse cuenta de que en el fondo, a todos nos gustan los libros (dejaré este tema para otra columna porque sé que les encantaría ahondar en esta afirmación).
Volviendo a mi amigo: "no me gusta mucho leer" o "no leo desde el colegio y me cargaba". Algo así creo que me dijo, tal vez de otra forma o con otras palabras, pero el punto es que dejaba en claro que los libros no eran de su agrado (como alguien podría decir "no me gustan los mariscos", o "no me gusta la lluvia", cuestión de gustos solamente).
Entonces mi cabeza, que todavía trataba de decirme algo logró calar en mi y entendí por qué me descolocaba tanto lo que estaba pasando: si no le gustan los libros, ¿por qué habrías de llevarte a tus vacaciones, el momento que esperamos todo el año, momento de descanso, goce, disfrute y todo lo que se busca durante esos días libres, un libro?
Y claro, ahí nuevamente mi mente me ayudó a volver (y digo volver porque he pasado por esto miles de veces y SIEMPRE llego a la misma conclusión) a caer en cuenta de que en el fondo, a todos nos gustan los libros, seamos o no seamos lectores, nos demos o no nos demos cuenta.

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